Ya que para mí no vives,
Y no te han de ver mis ojos,
Pues te he perdido;
Daré lugar a mis penas
En la triste soledad
... En que hoy me miro.
Tú me intimas el precepto
De que olvide para siempre
Tus atractivos,
Cuando sólo con la muerte
Sepultaré esta memoria
En el olvido.
Té lloraré eternamente
Como prenda inseparable
Del pecho mío;
Irás impreso en el alma,
Dejando mi triste cuerpo
Cadáver frío.
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