El lema de Thel
¿Sabe el águila lo que hay en foso
O irás a preguntárselo al Topo?
¿Puede colocarse la Sabiduría en un cetro plateado
O el amor en un cuenco dorado?
THEL
I
Las hijas de Seraphim cuidaban sus soleados rebaños.
Todas excepto la menor. ella en lividez buscaba en el aire secreto.
Desvanecerse como belleza matutina de su día mortal:
Y bajando por el río de Adona se puede escuchar su suave voz:
Y de este modo su dulce lamento cae como rocío de la mañana.
¡Oh vida de ésta primavera nuestra! ¿Por qué se marchita la flor de loto del agua?
¿Por qué se marchitan estos hijos de la primavera? nacidos sólo para sonreír y caer.
¡Ah! Thel es como un arco de agua, y como una nube que se aleja.
Como el reflejo en un espejo. como sombras en el agua.
Como sueños de pequeñuelos. como una sonrisa en el rostro de un pequeño,
Como la voz de la paloma, como un día fugitivo, como música en el aire;
¡Ah! dulcemente podría tenderme, y dulcemente descansar mi cabeza.
Y dulcemente dormir el sueño de la muerte. y dulcemente oír la voz
De aquél que paseó por el jardín al caer la noche.
El Lirio del valle respirando en la modesta hierba
Le contestó a la adorable doncella y le dijo; Yo soy una hierba acuosa,
Y soy muy pequeña, y me encanta habitar en las tierras bajas;
Tán débil soy, que la dorada mariposa apenas puede sostenerse sobre mi cabeza.
Y aun así soy visitada desde el cielo. y aquél que sonríe sobre todos.
Pasea por el valle. y cada mañana pone su mano sobre mí
Diciendo, "regocíjate humilde hierba, flor de lirio recién nacida,
Tú gentil doncella de los valles silentes. y de modestos arroyuelos;
Pues serás ataviada en ropajes de luz, y serás alimentada con maná de la mañana:
Hasta que el calor del verano te funda junto con las fuentes y manantiales
Para florecer en valles eternos": así que por qué habría Thel de lamentarse,
¿Por qué habría de dejar escapar un suspiro la señora de los valles de Har?.
Ella se detuvo y sonrió entre lágrimas, y luego se sentó en su altar de plata.
Thel contestó. "Oh pequeña virgen del valle de la tranquilidad.
Que les das a los que no pueden implorar, los sin voz, los
exhaustos.
Tu aliento nutre al inocente cordero, él huele tus prendas de leche,
Él cosecha tus flores. mientras tú te sientas y le sonríes a su cara,
Limpiando su tierna y mansa boca de toda mancha contagiosa.
Tu vino purifica la dorada miel, tu perfume,
Que derramas sobre cada pequeña hoja de hierba que brota
Revive a la vaca ordeñada, y amansa al corcel de aliento de llamas.
Pero Thel es como una desfalleciente nube encendida por el sol naciente:
desaparezco en mi trono de perlas, y ¿quién me habrá de encontrar?"
Reina de los valles repuso el Lirio, pregúntale a la tierna nube,
Y ésta te habrá de decir por qué rutila en el cielo de la mañana,
Y por qué siembra su brillante belleza a través del húmedo aire.
Desciende Oh pequeña nube y ciérnete ante los ojos de Thel.
La Nube descendió, y el Lirio inclinó su humilde cabeza:
Y fue a ocuparse de su numerosa carga entre la verde hierba.
II
Oh pequeña Nube dijo la virgen, Te ordeno me digas,
Por qué no te quejas cuando en una hora te desvaneces:
Y luego te buscaremos pero no te hemos de encontrar; ah Thel no es como tú.
Yo muero. y aunque me quejo, nadie escucha mi voz.
Entonces la Nube mostró su dorada cabeza y su forma brillante emergió,
Revoloteando y brillando en el aire ante el rostro de Thel.
Oh virgen ¿acaso no sabes. nuestros corceles beben de los manantiales dorados
Donde Luvah renueva sus caballos?: ¿acaso miraste mi juventud,
Y temes porque me desvanezco y no se me ve más?.
Nada perdura; Oh doncella te lo digo, cuando muero,
Llego a una vida multiplicada en amor, en paz, y éxtasis sagrado:
Descendiendo sin ser visto, poso mis alas sobre flores aromáticas;
Y cortejo al rocío de bello mirar. para que me lleve consigo a su reluciente morada;
La llorosa virgen, temblando se arrodilla ante el sol que se eleva,
Hasta que nos levantemos unidos en una cinta dorada, y nunca nos separemos;
Si no que caminemos unidos, llevando alimento a todas nuestras tiernas flores
¿Acaso lo haces Oh pequeña Nube? Temo que no soy como tú;
Pues camino a través de los valles de Har. y huelo las flores más dulces;
Pero no alimento a las flores pequeñas: escucho a las aves que cantan,
Pero no alimento a las aves cantoras. ellas vuelan y buscan su alimento;
Pero Thel ya no se deleita más con esto pues me desvanezco,
Y todos dirán, esta mujer vivió sin ser de ninguna utilidad,
¿O sólo vivió. para ser alimento de los gusanos al morir?
La Nube se reclinó en su aéreo trono y así contestó.
Entonces si eres alimento de gusanos. Oh virgen de los cielos,
Cuán grande es tu utilidad. cuán grande es tu bendición; cada cosa que vive,
No vive en soledad, ni para sí misma: no temas y llamaré
Al débil gusano desde su cama subterránea, y oirás su voz.
Ven aquí gusano del valle silente, ven a tu pensativa reina.
El indefenso gusano emergió, y se sentó sobre la hoja del Lirio,
Y la brillante nube partió, para encontrarse con su compañero en el valle.
III
Entonces Thel asombrada contempló al Gusano sobre su húmedo lecho.
¿Eres un Gusano? imagen de la debilidad. ¿acaso no eres sino un gusano?
Te veo como un pequeño envuelto en la hoja del Lirio:
Ah no llores diminuta voz, que al no poder hablar. puedes llorar;
¿Es esto un gusano? Te veo indefenso y desnudo: llorando,
Y nadie te responde, nadie te reconforta con sonrisa maternal.
El Terrón de Arcilla escuchó la voz del Gusano, y levantó su piadosa cabeza;
Se inclinó sobre el quejumbroso pequeño, y su vida exhaló
En cariño lechoso, y entonces fijó sus humildes ojos sobre Thel.
Oh belleza de los valles de Har. no vivimos para nosotros,
Me viste a mí que soy la cosa más miserable, y lo soy de hecho;
Mi seno es frío para sí mismo. y para sí mismo es oscuro,
Pero aquél que ama lo humilde, derrama aceite sobre mi cabeza.
Y me besa, y amarra sus bandas nupciales alrededor de mi pecho.
Y dice; Vos madre de mis hijos, te he amado.
Y te he dado una corona que nadie te puede arrebatar
Pero cómo es esto dulce doncella, no lo sé, y no lo puedo saber,
Reflexiono, y no puedo reflexionar; y aun así vivo y amo.
La hija de la belleza limpió sus compasivas lágrimas con su blanco velo,
Y dijo. ¡Hay! No sabía de esto, y por lo tanto lloraba:
Sabía que Dios podría amar a un gusano, y que castigaba al pie malvado
Y que intencionadamente, hería su indefensa forma: pero que le regalara
Con leche y aceite, nunca lo supe; y por lo tanto lloraba,
Y me quejaba en el tibio aire, porque me desvanecía,
Y me recostaba en tu frío lecho, y abandonaba mi brillante reino.
Reina de los valles, contestó el trozo de Arcilla; he escuchado tus suspiros.
Y todos tus lamentos volaron sobre mi tejado. y yo los invité a bajar:
¿Entrarás Oh Reina a mi casa?. tienes el permiso de entrar,
Y de volver; no temas nada. entra con tus virginales pies.
IV
El terrorífico portero de las puertas eternas alzó la barra septentrional:
Thel entró y contempló los secretos de la tierra desconocida;
Vió los lechos de los muertos, y el lugar donde las fibrosas raíces
De cada corazón en la tierra hincan su incansable serpentear:
Una tierra de pesares y de lágrimas donde nunca se hubo de ver sonrisa.
Ella erró por la tierra de las nubes a través de oscuros valles, escuchando
Dolores y lamentos: a menudo esperando al lado de una tumba bañada de rocío
Se quedó en silencio. escuchando las voces de la tierra,
Hasta que al lugar de su propia tumba llegó, y allí se sentó.
Y escuchó esta voz de dolor que emanaba desde aquel hueco foso.
¿Por qué no puede cerrarse el oído ante su propia destrucción?
¡O el rutilante Ojo ante el veneno de una sonrisa!
¿Por qué están los párpados cargados con flechas alistadas,
Donde mil guerreros yacen en emboscada?
¡O un Ojo cargado de regalos y dones, dando frutos y monedas de oro!
¿Por qué una Lengua se solaza con la miel de todos los vientos?
¿Por qué es un Oído, un torbellino que se dispone a envolver a la creación?
¿Por qué se ensancha la nariz mientras temblorosa y espantada inhala terror.
¡Por qué el suave ondular sobre el juvenil y ardoroso muchacho!
¿Por qué la pequeña cortina de carne sobre el lecho de nuestro deseo?
La virgen se levantó de su asiento, y con un chillido.
Huyó desembarazada hasta llegar a los valles de Har
Fin
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