(Basada en una canción anónima esquimal)
Rena,
permanece alta sobre tus piernas y quieta.
a ti te digo,
a ti que ya presientes mis manos ponderando tu cuerpo.
Espérame: aun no tomo completa decisión
todavía vacila algún perdido nervio mío.
Detrás de este promontorio de nave
te he mirado fijamente distante horas
y antes que mi flecha
mis ojos
han hundido en tu corazón el deseo de ser presa.
Si el viento cambia y mi olor de hombre
hace huir a tu manada
se que tu permanecerás allí, alta sobre tus piernas.
Mira: el cuerpo ya se levanta, reunido
y natural
y sin esfuerzo tensa el arco, contiene la flecha.
tu gran salto de huida
te confundirá con los animales de alas
y morirás como ellos, entre nosotros y el cielo.
Así contare, así diré.
Porque, pronto yo seré dos:
el cazador que confundirá su destreza
y el arrepentido
que exaltara con palabras tu muerta belleza.
Ahora gura lentamente, muéstrame el lado del corazón,
y ven contenta, ven siempre contenta, por aquí
por aquí.
Por aquí no ?
ResponderEliminarAveces me cuesta creer que no halla conocido a Watanabe hasta la mayoría de edad, en fin, buen poema.