Mira, Ánia: su abuelo, su bisabuelo y todos sus antepasados fueron dueños de esclavos que viven las almas, y no es cierto que cada jardín de los cerezos, cada hoja, cada tronco de árbol, en busca de otros seres humanos, hay voces... Propias almas vivas--que transfigura a todos ustedes, los que vivieron antes y los que viven ahora, a un punto tal que la niña, su madre y su tío ya no conscientes de que viven con dinero prestado, viven en nombre de otros, debido a esas personas que deja el país más allá del vestíbulo...
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