Alguna vez fui dulce como una hoja verdeclara
pendiendo muy alto en el aire azul.
Y fue entonces que dos espadas en mí se atravesaron
y el vencedor me llevó a sus labios.
Tan tierna era su rudeza que no me quebré,
puso una fulgurante estrella sobre mi frente
y me abandonó estremecida por las lágrimas
en una isla llamada invierno.
pendiendo muy alto en el aire azul.
Y fue entonces que dos espadas en mí se atravesaron
y el vencedor me llevó a sus labios.
Tan tierna era su rudeza que no me quebré,
puso una fulgurante estrella sobre mi frente
y me abandonó estremecida por las lágrimas
en una isla llamada invierno.
Nadie puede ver el futuro, mi niña. Hay cosas bellas por las luchas, y por ellas botaras tantas lagrimas, derramaras tanta sangre que te creerás el ser mas miserable del mundo. Pero continuas, porque incluso el frió mas duro es cálido con su recuerdo en tu corazón. No hay nada que me ponga mas triste que el verte con penas, y aunque sufra a tu lado, por verte ajena, seguiré abrazándote, porque aunque si fuera de cristal, seguiría haciéndolo.
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